lunes, 12 de abril de 2010

SALIENDO CON AMIGOS DEL FORO

Después de mucho tiempo, al fin, hoy he conseguido salir con el grupo Rodabikers del Foro MTB. Como ya dije el otro día, hace tiempo que sigo sus salidas y me parecía un grupo que se lo pasaba en grande, lo que más me paraba era mi nivel y no estar a la altura, pero si no lo intentaba, nunca iba a saberlo.

La verdad es que he ido a remolque casi todo el día, pero creo que la experiencia ha sido muy positiva. En primer lugar, he compartido una mañana entera con gente que no conocía de nada, pero que comparte conmigo la pasión por la bici. He conocido lugares que seguramente no hubiera visitado de no salir con ellos y me ha servido para ver mi nivel y ver cuáles son mis límites.

Después de varios intentos fallidos por distintas causas, finalmente me decido a salir con ellos y ver cómo responden las piernas. En lo que será mi bautismo Rodabiker, aprovechamos para hacer una ruta "corta pero divertida", un entrenamiento, según ellos. Menos mal....

Quedamos temprano para aprovechar la mañana y nos juntamos en la ruta fluvial del Turia, bajo el puente junto a Manises. Una vez hechas las presentaciones (Unricky, Ciclotto, Isbru y McGregor son sus nombres de guerra) nos dirigimos a la aventura. Es una ruta que ellos conocen como la clásica por la cantidad de veces que la han hecho, Biopark-Ruta fluvial-Vallesa-Ribarroja (con almuerzo en el Bar Askuas incluido). Por lo pronto me enseñan una variante del ya conocido parque fluvial, conecta con el mismo unos kilómetros después ,pero incluye alguna rampa algo más seria que sirve para entrar en calor rápidamente.

Aproximadamente sobre el kilómetro 7, a mano derecha ,cruzamos un pequeño puente que atraviesa una acequia para entrar a la zona de la Vallesa. Esta primera rampa fuertecilla, se me atraganta por la cantidad de piedras sueltas que hay y por mi "gran" estado de forma. Al poco de comenzar me toca meter plato pequeño y subir a mi ritmo. El resto del grupo me espera arriba y no será la última vez. Si algo tengo claro es que no puedo seguir su ritmo y no puedo forzar la máquina porque si no en 10 minutos estaré muerto y me tendré que volver a casa. Aunque es lo primero que les he advertido, no desisten y se empeñan en reforzarme y están conmigo en todo momento, un 10 para todos ellos.

Muy amablemente y con paciencia, me esperan arriba para adentranos por la zona de la Vallesa, esa gran desconocida. A pesar de lo que voy sufriendo encima de la bici, disfruto muchísimo del paraje, un gran pulmón verde muy cerca de casa y con infinidad de sendas y caminos para explorar. Solamente conocía un pequeño tramo que conduce al Mirador sobre la Presa, pero eso es una mínima parte de todo lo que hay por descubrir. Tomo nota para próximas salidas aunque para salir uno solo por aquí, es jugársela por si se presenta cualquier imprevisto. Puedes estar toda la mañana y no encontrar a nadie. Mountain Bike en estado puro.

Después de unas cuantas esperas más, nos reunimos para seguir la ruta, hace ya tiempo que dejé de intentar memorizar el camino porque hay infinidad de cruces, supongo que haciendo la misma ruta muchas veces conseguiré retener algo en la memoria, hoy el primer día en serio, bastante tengo con mantenerme encima de la bici y no caerme, mientras me recupero del esfuerzo.

No tarda en suceder la 1ª caída de la jornada, en una bajada con leyenda. Arriba del todo, ya me advierten y salgo en último lugar tomando muchas precauciones. Justo delante de mí McGregor me sirve de guía y al poco de iniciarse el descenso y a bastante velocidad, se produce una caída sin mayores consecuencias, quitando algunos rasguños. No hemos terminado con el subidón de adrenalina, cuando llega otro subidón, este en forma de cuesta. Es un no parar continuo, igual estás bajando a tumba abierta como tienes que meter plato pequeño para superar algún tramo. Las sendas estrechas se alternan con pistas más anchas, el terreno está erosionado por las lluvias y convierten la experiencia en una mezcla de peligrosa y divertida a la vez.




Un poco después y en una cuesta, otra vez delante de mí, 2ª caída, esta vez sin mayores consecuencias porque estábamos casi en parado, los automáticos de Ciclotto, le han gastado una mala pasada y es que como ellos dicen los billetes de 500 € tienen que verse de cerca.

Cuando ya nos hemos divertido un rato y después de cruzarnos con algunos bikers por esos senderos, nos decidimos a salir a buscar nuevamente la ruta fluvial para ir a tomar algo al bar Askuas. Miro el cuentakilómetros y me doy cuenta que a penas llevamos 15 km. y he disfrutado muchísimo, mucho más que en los últimos años, eso de salir con más gente me gustaaaaaaa.

Después de buscar la forma de llegar a la ruta fluvial, nos damos cuenta que no se puede cruzar desde donde estamos y tenemos que desandar un buen tramo para retomarla algo más atrás. Entre bromas volvemos sobre nuestros pasos y nos incorporamos a la ruta fluvial, con bastantes bikers que aprovechan las fechas en las que nos encontramos y el buen tiempo.

Cuando llegamos a Ribarroja, nos sentamos en la única mesa que queda libre y es que se pagan caros los asientos vacíos. El almuerzo nos levanta, aún más si cabe los ánimos y entre batallitas, recuperamos fuerzas para el camino de vuelta. Su papel cumple el orujo de hierbas que despide el almuerzo y nos entona todavía más el cuerpo.

La vuelta se inicia con ritmo tranquilo, sobre todo yo, después del inicio cañero de la jornada, y ya empiezo a notar hormigueo en las piernas. Los Rodabikers se van turnando para esperarme y pedalear junto a mí porque me ven rodar a mi ritmo. Aprovecho para charlar con ellos y conocerlos un poco más. Gente estupenda con la que comparto esta afición. Los kilómetros pasan y se van notando cada vez más, a unos 5 km del final y en la última dificultad de la jornada, tengo que poner pie a tierra porque no puedo más. Los últimos kilómetros los pasamos haciendo resumen de la jornada que ha resultado apasionante, mi estado de forma no me ha permitido ir al mismo ritmo que el resto pero se han portado muy bien y han estado conmigo en todo momento. Mi agradecimiento desde aquí para todos ellos. Aún debo mejorar bastante para no entorpecer la marcha de los demás pero hasta entonces, toca disfrutar y saborear esta fantástica jornada.


Al final el cuentakilómetros marca casi 40 kilómetros, pero muy distintos a los que tanto yo como mi compañera de rutas estamos acostumbrados



¡ Hasta la próxima !

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