lunes, 13 de enero de 2014

CASILLAS DE RANERA - SINARCAS

Este es el resumen de mi primera incursión por tierras castellanas que he tenido oportunidad de conocer, todo sea dicho, con mucho frío. Aprovechamos el puente de la Constitución para acercarnos a la vecina provincia de Cuenca y pasar unos días en compañía de unos amigos. Concretamente, nos desplazamos a la localidad de Casillas de Ranera, limítrofe con Sinarcas que es el último pueblo de la provincia de Valencia en la comarca de Utiel-Requena siguiendo la N-330, carretera que úne Alicante con Francia por Aragón.

Después de una excursión a la estación de esquí de Javalambre, dedico el día a preparar una ruta por los alrededores. Mis acompañantes me dejan sólo ante el peligro con las predicciones del tiempo ya que aunque buenas, pronostican frío y cuando por esta zona dicen frío, lo hacen con mayúsculas como podré comprobar en mis propias carnes.
La noche anterior investigo un poco por la zona para evitar ir rodando sin rumbo. Me han dado alguna indicación pero prefiero ir sobre seguro y buscar algo sencillo. La ruta que tengo en mente, se acaba cumpliendo casi a la perfección y excepto por un par de caminos sin salida, todo sale según lo previsto.
Para aprovechar al máximo el tiempo, como suele ser habitual, me levanto temprano y nada más levantarme compruebo que las predicciones no han fallado y fuera me espera una temperatura de -8ºC. Con toda la ropa térmica que tengo a mano y tras el desayuno, me hago al ánimo y al salir a la calle noto que tampoco es para tanto, las diferentes capas de ropa cumplen su función y aunque mi cara en las fotos es un poema, el frío se lleva bastante mejor de lo esperado.


La ruta comienza atravesando el pueblo y cruzando la N-330 para enlazar con una pista que se dirige hacia la vecina localidad de Sinarcas. Aunque es fácil de seguir hay algunos cruces con diferentes alternativas, voy siguiendo las indicaciones que me conducen a algunos lugares interesantes de la zona (Ermita de San Marcos, Arborotum..)
Al poco de salir, me cruzo con otro compañero solitario en busca de su grupo, al parecer ha llegado tarde, se han cansado de esperar y se han marchado sin él. Después de indicarle que no me he cruzado con nadie, me invita a unirme a él y enseñarme un poco la zona, le explico que es la primera vez que salgo por esta zona y que no tengo demasiado tiempo ya que regresamos a Valencia después de comer para evitar al máximo la jornada de regreso en carretera. Agradeciéndole el ofrecimiento nos separamos y tomamos direcciones opuestas.
Sin parar de hacer fotos me dirijo siguiendo las indicaciones hacia la Ermita de San Marcos con unas bonitas vistas desde su parte trasera.


Por un momento me animo a seguir una senda que aparece entre los árboles pero después de unos metros, viendo que se adentra cada vez más, decido dar la vuelta con ganas de repetir en otra ocasión.
El frío de la mañana tampoco ha impedido a los cazadores salir a disfrutar de su afición y tras el reparo inicial de encontrarme con sus perros bastante más cerca de lo que me gustaría, intercambiamos un saludo y sigo mi marcha hasta el Arborotum de Sinarcas.

Aunque el sol ya ha salido hace horas, el frío cada vez se nota más y me invita a subir el ritmo para entrar en calor, las pistas sobre las que se rueda también ayudan y en poco tiempo, me encuentro a la entrada de Sinarcas, tras un breve descanso y alguna fotos en su Ayuntamiento y en la iglesia, busco la salida y abandono el pueblo en dirección a Casillas. Avanzando en dirección Este, se eleva el Pico Ranera que con su 1.424 metros es una de las cumbres más altas de la zona. El poco margen de tiempo, me hace aplazar la idea de ascender a lo más alto en otra ocasión.


Seguimos rodeados de viñas y tras llegar a Casillas, continuo por otra pista algo más divertida con constantes subidas y bajadas que a estas alturas ayudan a mantener la temperatura. A continuación, me dirijo hacia Casa Polán, masía rehabilitada hace un tiempo y que ahora está en desuso. Tras unas fotos, emprendo rumbo a lo desconocido y después de preguntar a un vecino, me indica como llegar al Campamento Alta-Lai que ya conozco de alguna visita anterior. Me dirijo rápido por una senda que asciende entre campos de cultivo. Desde el campamento, se llega hasta la fuente de Ranera donde empieza la impresionante senda que asciende en busca del Pico.
Una vez más tras sacar unas cuantas fotos, tomo dirección hacia el pueblo para dar por finalizada la ruta con la intención de volver pronto y seguir conociendo esta interesante zona.

¡Hasta la próxima!