Ya llegó la primavera, con todo lo que eso implica, tocaremos madera por el tema de las alergias pero de momento, aprovecharemos el cambio horario para poder hacer algo de ejercicio y en buena compañía... y qué mejor compañía que la de la familia.
Domingo por la tarde y con una hora más de luz, buena temperatura y sin planes en el horizonte, dan como resultado ideal una excursión en mente, corta pero interesante.
De nuevo y aprovechando las circunstancias nos dirigimos hacia el parque fluvial del río Turia con el ánimo de hacer unos kilómetros para el disfrute en familia.
La diferencia en el cambio de bici se nota, a pesar de no haber hecho demasiados kilómetros con la doble suspensión, bien sea por las medidas del cuadro, la geometría o el peso de la silla con el niño, me hace sentir una sensación extraña que a los pocos metros se ha esfumado.
Durante el paseo nos encontramos con gente que también ha aprovechado el día y han salido a pedalear, hay un poco de todo, familias enteras, bikers solitarios y pequeños grupos donde reina el buen rollo. Excepto un pequeño tramo que todavía sigue inundado el resto está en perfectas condiciones, aprovechamos los pocos metros "off-road" para salir de la monótona pista y divertirnos por unos segundos.
Iván se divierte en su silla, botando arriba y abajo y Arantxa me sorprende gratamente, marchando en cabeza y dándolo todo. ¡ Qué familia la mía !
Os dejo unas fotos para comprobar las caras de felicidad, y es que el deporte nos hace liberar endorfinas de una forma.... bueno eso y la primavera que la sangre altera.
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